Confesión de Fe
El Evangelio es la esperanza del mundo. En las escrituras encontramos las columnas sólidas de nuestra Fe reflejando la Providencia, el Poder y la Provisión de Dios al reconciliar consigo mismo a sus criaturas por medio del perfecto sacrificio de Cristo en la cruz. En luz de esto, intentamos ser explícitamente Cristo céntricos en toda predicación, enseñanza y labor práctica.
Creemos que:
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Las escrituras son la verdad autoritativa y suficiente (Salmo 19:7-11; 2 Timoteo 3:16; 2 Pedro 1:20-21) ( Salmo 19:7-11; 2 Timoteo 3:16; 2 Pedro 1:20-21).
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Hay un solo Dios, Creador de los cielos y la tierra, que eternamente existe en tres distintivas personas: Padre, Hijo y Espíritu Santo (Deuteronomio 6:4; Isaías 45:5-6; Isaías 46:9-10; Juan 17:3; 1 Corintios 8:4-6; 1 Timoteo 2:5; Génesis 1:26; Salmo 45:6-7; Salmo 110:1; Mateo 3:13-17; Mateo 28:17-20; 1 Corintios 12:4-6).
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Todas las cosas existen para la gloria de Dios (Salmo 148; Proverbs 16:4; Isaías 61:3; Romanos 11:33-36; 1 Corintios 10:31; 2 Corintios 5:15; Efesios 1:3-14).
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Toda la humanidad posee una naturaleza pecaminosa por nacimiento y por acción (Génesis 6:5; Salmo 51:5; Jeremías 17:9; Romanos 3:23; 5:8, 12-21; 7:18; Efesios 2:1-3).
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La paga merecida por el pecado es muerte física y espiritual (Génesis 2:15-17; Génesis 3:19; Romanos 5:12; 6:23; Santiago 1:14-15).
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Jesucristo es el hijo eterno de Dios, que nació de una virgen y es completamente Dios y completamente hombre (Mateo 1:20; Lucas 2:52; Juan 1:1-4, 14; Colosenses 1:15-20; Hebreos 1:1-3).
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Jesucristo murió como sacrificio substituto para pagar el castigo del pecado (Juan 1:29; 10:1-18; Romanos 5:8; 1 Corintios 15:1-4; 2 Corintios 5:21; Gálatas 1:4; 1 Pedro 3:18).
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Jesucristo físicamente resucitó de la muerte, ascendió al cielo y regresará un día físicamente (Mateo 28:1-20; Mark 16:1-8; Lucas 24:1-53; Juan 1:20-21:25; 1 Corintios 15:12-34; Juan 14:3; Hechos 1:11; 1 Tesalonicenses 4:16; Hebreos 9:28; 1 Juan 3:2; Apocalipsis 1:7).
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Habrá una resurrección física de muertos. Aquellos salvos por gracia por medio de la fe serán levantados y recibirán recompensas. Aquellos que rechazan a Cristo, serán levantados a juicio y castigo eterno (Mateo 25:31-46; Juan 5:28-29; Hechos 24:15).
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Sólo por gracia por medio de la fe en la persona y obra completada de Cristo, puede una persona recibir perdón por sus pecados y ser reconciliada con Dios con la certeza de vida eterna, verdadera paz y gozo (Juan 3:18, 14:6; Hechos 4:12; Romanos 3:21-26; 1 Timoteo 2:5-6).
Distintivos Teológicos
Así como nuestra Confesión de Fe consiste en las creencias básicas esenciales reconocidas históricamente dentro de la columnas de la ortodoxia cristiana, existe un número de convicciones teológicas secundarias las cuales creemos y practicamos con pasión aunque respetamos a aquellos que creen diferente.
Estos distintivos representan áreas de doctrina y práctica:
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Soberanía Divina
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Los dones del Espíritu Santo
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Obediencia al mandato de hacer discípulos
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Los roles complementarios del Hombre y la Mujer
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Bautismo en agua
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La cena del Señor
Soberanía Divina
Dios es Soberano sobre todas las cosas y no existe aspecto o realidad fuera de su control.
Aunque esta regla se extiende a toda cosa, su soberanía sobre la obra de salvación es para nosotros un distintivo teológico.
Creemos que es un bien glorioso, la noticia de que la salvación no depende de los deseos u obras del ser humano, pero que tiene su fundamento en el eterno decreto de elección de Dios. Aunque el hombre es totalmente responsable por su pecado, éste no posee el deseo o la obediencia suficiente para seguir a Dios, y es Dios en su infinita misericordia quien atrae al ser humano a sí mismo por medio de su Espíritu Santo y los salva efectivamente (Salmo 115:3, 135:6; Efesios 1:3-14, Romanos 8:26-9:23; Filipenses 1:29; 1 Tesalonicenses 2:13).
Los dones del Espíritu
Los dones del Espíritu que vemos ejercitados en las Escrituras, no han cesado con la muerte de los Apóstoles o el cierre del canon bíblico. Estos dones están disponibles hoy y deben ser deseados y practicados en sumisión al Espíritu Santo y con el respaldo y dentro de los parámetros expresados en las escrituras (Romanos 12:3-8; 1 Corintios 12-14; Efesios 4:1-16).
Obediencia al mandato de hacer discípulos
Nosotros creemos que es un privilegio que Dios nos involucre a nosotros en su plan de reconciliar consigo al mundo. Así, tomamos en serio y con obediencia la tarea de Ir y hacer discípulos (Mateo 28:19)
Los roles complementarios del hombre y la mujer
Hombre y mujer son absolutamente iguales en esencia, dignidad y valor, pero diferentes por diseño divino. Como parte del buen orden que Dios ha creado, hombre y mujer deben tener diferentes pero complementarios roles de responsabilidad en el hogar y en la iglesia, especialmente en áreas de autoridad. Estas distinciones son una gracia que Dios concede al hombre y la mujer y deben ser protegidas, preservadas y practicadas para Su gloria y nuestro gozo (1 Corintios 11:2-16; 14:33-35; Efesios 5:22-33; Colosenses 3:18-19; 1 Timoteo 2:8-15; 1 Pedro 3:1-7).
Bautismo en agua
El bautismo no tiene ninguna virtud salvadora. Este es una manera en la que aquellos que han profesado ser seguidores de Cristo, expresan públicamente su fe para testimonio a otros. Nosotros nos adherimos a la práctica del bautismo por inmersión para representar la muerte y resurrección de Cristo (Mateo 28:18-20; Hechos 2:38; Romanos 6:1-11).
La cena del Señor
La participación en la Mesa del Señor o Santa Cena, no posee ningún poder místico. Es solamente un acto o práctica que llevamos a cabo para recordar su muerte. Creemos que es parte de la tradición que ha sido pasada durante siglos desde el inicio de la iglesia del Señor (Mateo 26:27, 28; 1 Corintios 11:23-25)